Años atrás
una de mis grandes maestras de vida, me llamó a seguir el viejo proverbio: donde fueres, haz lo que vieres. Hoy más que nunca recuerdo este consejo
porque un proceso de inmigración exitoso dependerá de ello.
Tal como he
mencionado en post anteriores emigré a Canadá porque me enamoré de Vancouver.
Esta ciudad me cautivó por sus paisajes y la amabilidad de su gente. Me encontré
en un lugar que no solo me encantó, sino que además me sentí identificada con la
personalidad de su gente. Soy andina y nieta de un militar, en consecuencia nací
y crecí en una ciudad en la que el respeto y la educación son normas de
convivencia. Por algo han de llamar a Mérida, mi ciudad natal, la ciudad de los
caballeros. En lo particular, me gusta seguir reglas y tener amigos de
diferentes culturas, lo cual que me ha facilitado adaptarme al estilo de vida
de un país poblado por personas de todo el mundo y en el cual respetar las
reglas es equivalente a respirar.
Constantemente
mis amigos venezolanos me piden consejos migratorios y siempre les sugiero que
se muden a un país donde su cultura se parezca a ellos y en el cual seguir su estilo de vida no sea una tortura. Por
ejemplo, si les gusta Canadá o Estados Unidos, pero solo quieren hablar español,
se les dificulta seguir reglas y no les gusta la cultura de los nativos, a mi
parecer su brújula no está apuntando en la dirección correcta.
En cuanto al
idioma, hay muchos lugares en el mundo hermosísimos donde se habla español y digo
español por decir un ejemplo. El punto es, si te mudas a Alemania y no quieres
hablar alemán, ¿por qué
elegiste ese país? Es como si un inglés se mudara a Venezuela y no quisiera
hablar español. Lo menciono porque aquí en Canadá he estado en salones de
clases donde mis compañeros (extranjeros) solo quieren hablar su propio idioma
y me frustro porque no entiendo lo que sucede a mí alrededor. En esos momentos
pienso "si no quieren hablar inglés ¿por qué se mudaron a Canadá?" Creo que como inmigrantes debemos ser inclusivos y no exclusivos. En mi caso,
me fascina aprender idiomas y Canadá ha sido el lugar perfecto para
perfeccionar mi inglés y aprender francés.
Ciertamente
hay países como Estados Unidos, donde encontrarás una comunidad latina enorme,
sin embargo, no creo que lo más conveniente sea aislarte y no darte la
oportunidad de conocer personas que te enriquezcan culturalmente. Por otra
parte, el tener amigos nativos te ayudará a adaptarte, a saber adonde ir, adonde
no y a aprender a desenvolverte como pez en el agua en ese nuevo país.
Aplaudo de
pie el sentirnos orgullosos de nuestros países natales. En mi caso todavía se
me salen las lágrimas cuando veo videos de Venezuela, pero creo que es
necesario adaptarnos a las costumbres, normas e idioma del país al que
emigramos. El adaptarnos a nuestro país anfitrión no quiere decir que perdamos
nuestra esencia. Creo que eso es lo que nos hace únicos y genuinos. Por
ejemplo, adonde quiera que vayamos los latinos nos distinguiremos por nuestro
buen sentido del humor y carisma; los británicos por sus excelentes modales y
los japoneses por su ingenio y respetuosa conducta.
Hagamos de
este proceso de adaptación una experiencia diferente y divertida. El adaptarnos
a un nuevo país pasará por atrevernos a ser más humildes, probar nuevas
experiencias, comidas y aprender a disfrutar hasta del invierno. Aquí por
ejemplo, aprendí a patinar en hielo y me encantó. Aún trato de aprender qué
hacer cuando estamos a -40 C, pero creo que lo descubriré. El éxito de este
proceso, dependerá de los ojos con los que lo miremos.