"Ningún viento es favorable para quien no sabe a dónde va". Esta reflexión del filósofo Seneca creo que es muy oportuna en cualquier circunstancia, pero aún más a la hora de emigrar. Traigo este tema a colación después de haber leído un artículo escrito por el bestseller y motivador Tony Robbins, quien dice que ningún plan puede ser exitoso sin una visión. Tras leer ese artículo, me pregunté si en mi proceso migratorio aún tengo una visión o solo estoy viviendo el día a día.
Esta pregunta muy
personal, me llevó a pensar en mis compatriotas venezolanos en el exilio. La analogía
vino a mi mente porque con frecuencia leo noticias de venezolanos que emigran
sin un plan definido y que cuando les preguntan que harán en el país al que
emigrarán, responden con un "allá veré" y las consecuencias han sido
terribles, lamentablemente.
En lo particular emigré a
Canadá con metas a corto, mediano y largo plazo. Maduré este plan por 3 años y ¿saben
qué? Esos planes o estrategias las he tenido que cambiar mil veces. A pesar de
que investigues, lo cual hice y es primordial a la hora de emigrar, en mi caso cuando
llegué a mi destino, entendí que mi plan no era perfecto. Cada caso es
distinto, lo que funciona para uno quizás no funciona para ti o para mí. Por
supuesto, estos casos siempre serán una referencia, pero no son una regla.
¿Un día a la vez?
En cierto punto de mi
proceso migratorio pensé que lo mejor era vivir un día a la vez porque mientras
yo hacía planes la vida me llevaba por caminos distintos. El vivir un día a la
vez me permitió en efecto no desesperarme al no ver resultados inmediatos. Los
resultados de este proceso migratorio toman tiempo, sin embargo, si no tienes
una visión a largo plazo pierdes la motivación. Lo cual me paso varias veces.
Por ejemplo, mientras
eres estudiante en este proceso migratorio: te planteas un primer trabajo o
alquilar tu primer apartamento. Eso está muy bien, pero esa no es la visión. En
este sentido, si eras ingeniero en tu país y conseguiste un trabajo en una
tienda mientras estudiabas y obtenías tu residencia permanente, es excelente. Ahora
bien, ¿cuál es la meta final? Lo ideal es plantearte una visión que
justifique todos los sacrificios que estás haciendo ahora. En este sentido
Tony Robbins dice que todo plan tiene propósitos y una meta final. Para lograr
lo que quieres tendrás que saber lo que deseas con claridad y luego tu cerebro
te ayudará a encontrar las maneras. “Claridad es poder” explica Robbins.
Tendrás que modificar y
reditar tu plan migratorio mil veces. No hay nada de malo en ello. No te
preocupes, poco a poco todo cobrará sentido y se te abrirán puertas que no
esperabas. Irás moldeando el plan y mejorándolo. Ahora te invito a pensar en la
ciudad que quisieras vivir de ese país al que emigraste, tu trabajo soñado y
analiza qué estás haciendo hoy para lograr este plan.