En julio de este año decidí irme de luna de miel conmigo misma a
Toronto, cómo? Sí, bueno yo tengo mi teoría de que todos deberíamos tener citas
con nosotros mismos para aprender a valorar nuestra propia companía, lo cual mi
terapista lo encontra muy divertido y oportuno. Entonces, después de invertir
mucho tiempo y esfuerzo sin resultados, tratando de reclutar amigos para viajar
a Toronto pensé: me voy con o sin companía. Mientras planeaba mi viaje, muchos
me preguntaban y con quién te vas? Yo respondía: conmigo! La mayoría de la
gente me miraba como loca y algunos pocos me decían: te admiro, qué aventurera
eres! Y sí, debo confesar que esta ha sido la mejor aventura ever! Es más, háganme
caso, váyanse de luna de miel con ustedes mismos. No hay mejor compañero de viaje que ustedes mismos.
Durante este viaje
construí una versión reloaded de mí. Lo necesitaba, mas aún después de
sobrevivir a mi primer año como inmigrante. Lo cual no fue tarea sencilla
porque emigré sola. Durante este viaje me enamoré de Toronto y de lo que es más
importante: de mi misma. Fui a todos los lugares que quise, conocí gente
maravillosa y comí todo lo que se me antojó. Pasé una semana conmigo y me
divertí tanto.
Mi crush por Toronto
empezó desde que salí de la estación de Union Station (perdónenme el Spanglish,
después de casí dos años en Canadá es casi inevitable) En fin... Muchos dicen
que Toronto los abruma, a mi no. La amé. Es una ciudad que invita a soñar. Es
nuestra pequeña New York en Canadá y hasta tenemos nuestro propio Time Square el cual se llama Dundas Square.
Debo decir que amé como loca la isla de Toronto, me bañé en la playa y disfruté de la imponente
vista de la ciudad que se aprecía desde este lugar. Me encantó Casa Loma, un
castillo en plena ciudad. Subí a cuspide de la CN Towel. Oh como olvidar el Distillery
District, uno de los sitios más cool en los que he estado: está full de
restaurantes, cafés y bares, todos con un toque muy chic. También me encantó el
mercado de St Lawrence y sus alrededores, allí visité un restaurante español
llamado Barsa taberna. Me deleite con una exquita paella acompañada de una copa
de vino.
De mis deliciosos
recuerdos de este viaje a Toronto incluyo el mejor: visitar a Niagara Falls.
Tomé un tren desde Union Station hasta las cataratas. El trayecto duro como una
hora y media, tiempo durante el cual me sentí como esa adolescente que escapa a
una fiesta. Estaba super emocionada. Las cataratas me dejaron sin aliento. Fue
una experiencia religiosa. Tomé el barco que te lleva cerquita de las cataratas.
A pesar de llevar puesto un impermeable me empapé y saben qué? Poco me importo.
Creo que la naturaleza te llena el alma y te alborota las endorfinas.
Una de las bondades de cualquier viaje es que te invita a pensar. Piensas con una nueva
perspectiva, más clara y positiva. Durante este viaje me formulé varias
resoluciones. Decidí bajar de peso y en consecuencia ir al gimnasio regularmente así como comer sano.
Efectos que ya he visto, este año en total he bajado alrededor de 12 kg y desde esta
resolución he perdido 7 kg. Dedicí que terminaría mi postgrado con buenas
calificaciones, visto bueno aquí también. También decidí buscar trabajo y todo parece ir bien encaminado. Finalmente, decidí que trataría de mudarme sola y debo decir
que en menos de una semana me mudaré a mi primer apartamento en Canadá.
Así que vayanse de viaje con ustedes mismos, el riesgo es
ser feliz y enamorarse de ustedes mismos!