Tuesday, January 10, 2017

¡Hoy es mi mejor día!



Nada como estar presentes. Solo piensa en cuando viajas. Miras y admiras otros paisajes, respiras otros aires y conoces gente nueva. ¿Crees que podrías disfrutar de ese viaje pensando en cada centavo que estas gastando o en la pila de trabajo que te espera al regresar? ¡Para nada! ¿cierto? Cuando viajamos logramos resetear nuestras mentes y las preocupaciones las dejamos en casa. ¿Por qué no hacer lo mismo en nuestra cotidianidad? Apuesto que seriamos más felices. Nos liberaríamos de las penas que causa pensar en el pasado y la ansiedad que nos ocasiona pensar en el futuro. Creo que como inmigrante esta ha sido mi mejor lección para aprender a construir un futuro sin angustias y a mi ritmo. 

¿Imagina que tortura para un inmigrante puede ser pensar en la cómoda casa que dejó atrás o el auto de lujo que vendió para escapar del comunismo o por soñar con una vida mejor? O peor aún, cuestionarse si esos sacrificios valdrán la pena: ¿Podré comprarme una casa tan bonita como la que tenia o volveré a tener un carro como el que tenía? ¡Nadie lo sabe y si no trabajas hoy y no te centras en el vivir en el hoy nunca los volverás a tener! ¡Así que pare de sufrir hermano! Eso es equivalente a ir a una cita con un chico que nos encanta y en lugar de disfrutar la cita pensar, ¿será el hombre de vida o el papá de mis hijos? ¡Oh no! Acto seguido el simpático muchacho sale corriendo y no podemos criticarlo, con esa energía nada fluye.   

Otro buen ejemplo, es cuando estamos trabajando y realizamos nuestras tareas con angustia por temor a perder nuestro empleo. Puedo asegurarte que las ideas no fluirán, mientras que si nos relajamos y disfrutamos lo que estamos haciendo mil ideas creativas vendrán a nuestra mente. A esto añadiría un último ejemplo, cuando esperamos con ansias un paquete de Amazon y no nos separamos de la puerta principal de la casa esperándolo por temor a no escuchar el timbre. Apuesto lo que sea a que puedes pasar tres días allí y en un momento que te relajaste y te olvidaste del asunto, finalmente suena el timbre y llega el anhelado paquete.  


Este corto post está dedicado a los que como yo alguna vez nos hemos preocupado mucho por el futuro o el pasado. Aprendamos a ser más felices y a centrarnos más en el presente porque no hay mejor momento que el día de hoy. No es coincidencia que fluir rima con construir.