Nada como estar presentes. Solo
piensa en cuando viajas. Miras y admiras otros paisajes, respiras otros aires y
conoces gente nueva. ¿Crees que podrías disfrutar de ese viaje pensando en cada
centavo que estas gastando o en la pila de trabajo que te espera al regresar? ¡Para
nada! ¿cierto? Cuando viajamos logramos resetear nuestras mentes y las
preocupaciones las dejamos en casa. ¿Por qué no hacer lo mismo en nuestra
cotidianidad? Apuesto que seriamos más felices. Nos liberaríamos de las penas
que causa pensar en el pasado y la ansiedad que nos ocasiona pensar en el
futuro. Creo que como inmigrante esta ha sido mi mejor lección para aprender a
construir un futuro sin angustias y a mi ritmo.
¿Imagina que tortura para un inmigrante puede ser
pensar en la cómoda casa que dejó atrás o el auto de lujo que vendió para
escapar del comunismo o por soñar con una vida mejor? O peor aún, cuestionarse
si esos sacrificios valdrán la pena: ¿Podré comprarme una casa tan bonita como
la que tenia o volveré a tener un carro como el que tenía? ¡Nadie lo sabe y si
no trabajas hoy y no te centras en el vivir en el hoy nunca los volverás a
tener! ¡Así que pare de sufrir hermano! Eso es equivalente a ir a una cita con
un chico que nos encanta y en lugar de disfrutar la cita pensar, ¿será el hombre
de vida o el papá de mis hijos? ¡Oh no! Acto seguido el simpático muchacho sale
corriendo y no podemos criticarlo, con esa energía nada fluye.
Otro buen ejemplo, es cuando estamos trabajando y
realizamos nuestras tareas con angustia por temor a perder nuestro empleo.
Puedo asegurarte que las ideas no fluirán, mientras que si nos relajamos y
disfrutamos lo que estamos haciendo mil ideas creativas vendrán a nuestra
mente. A esto añadiría un último ejemplo, cuando esperamos con ansias un
paquete de Amazon y no nos separamos de la puerta principal de la casa esperándolo
por temor a no escuchar el timbre. Apuesto lo que sea a que puedes pasar tres días
allí y en un momento que te relajaste y te olvidaste del asunto, finalmente
suena el timbre y llega el anhelado paquete.
Este corto post está dedicado a los que como yo alguna
vez nos hemos preocupado mucho por el futuro o el pasado. Aprendamos a ser más
felices y a centrarnos más en el presente porque no hay mejor momento que el día
de hoy. No es coincidencia que fluir rima con construir.